El cambio climático amenaza con aumentar la transmisión de la malaria
Cómo el cambio climático amenaza con aumentar la transmisión de la malaria:
En 2020 se registraron en el mundo 241 millones de casos de malaria o paludismo, según el informe global más reciente sobre la enfermedad de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El número de muertes ese mismo año se estimó en 627.000.
El 25 de abril es el Día Mundial del Paludismo, cuando la OMS reitera su llamado para luchar colectivamente por un mundo libre de la enfermedad.
Si bien ha habido avances como la primera vacuna contra la malaria, que fue aprobada por la OMS el año pasado, el cambio climático y el aumento de la temperatura podrían hacer que esta enfermedad mortal se extienda a áreas donde nunca estuvo presente.
"Las temperaturas más cálidas aumentan la capacidad de los mosquitos para transportar el parásito que causa la malaria", dice la doctora Isabel Fletcher, gerente de tecnología de datos en el Wellcome Trust, una organización benéfica de investigación biomédica con sede en Londres.
"El cambio climático hará que más áreas del mundo sean aptas para los mosquitos que transmiten la malaria
A medida que el mundo se vuelva más cálido se espera que la malaria se expanda a nuevas áreas montañosas que actualmente podrían ser demasiado frías para su transmisión", advierte.Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas, incluso si todos los planes de los gobiernos anunciados hasta fines de 2020 fueran implementados, sin recortes más drásticos en las emisiones de gases de invernadero el mundo se calentará 3,2 °C para fin de siglo.
El objetivo global es mantener el aumento de las temperaturas en 1,5 °C o menos mediante la reducción de las emisiones de carbono.
Además del incremento de las temperaturas, los investigadores advierten que las lluvias y la humedad, e incluso las condiciones de sequía, también pueden provocar un crecimiento más rápido de mosquitos portadores de malaria en donde antes no se registraba la enfermedad.
"Los estudios han demostrado en los países del Caribe y en Brasil que cuando hay un período de sequía, las personas almacenan más agua. Eso crea un buen hábitat para los mosquitos. Es por eso, por ejemplo, que durante las sequías es posible que aumente la transmisión de dengue", señala Fletcher.
Y existe el temor de que lo mismo suceda con la malaria.
El cambio climático también podría reducir la transmisión de la malaria en algunas áreas donde las condiciones ya son óptimas, razón por la cual Fletcher cree que obtener una mayor comprensión del impacto de los cambios de temperatura será clave en la lucha continua contra la enfermedad.
"Al crear proyecciones de riesgo para el futuro, podemos identificar las poblaciones que están más expuestas y, en base a esa información, orientar las intervenciones", dice.
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.Noticia patrocinada por: bbc.com
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