La historia de un temerario pirata del caribe 'El gran diablo'




Este año se cumplen justo 302 de la muerte 
de Barbanegra en noviembre de 1718. 

Lo que se conoce de él antes de convertirse en un sinónimo de piratería se basa en conjeturas. Se cree que Edward Teach nació en el último tercio del siglo XVII en la ciudad inglesa de Bristol. Puede que perteneciera a una familia acomodada, ya que sabía leer y escribir cuando solo las élites lo hacían. También es probable que, de joven, se enrolara para combatir en la Royal Navy al estallar la guerra de Sucesión española. Es así como habría llegado a las aguas tropicales del Nuevo Mundo.

Su biografía comienza a tomar cuerpo a partir de la primera noticia escrita que se tiene de sus actividades como pirata. Fue a las órdenes de Benjamin Hornigold, otro famoso bandido. Con él se hizo un nombre en el mundo de la piratería.

El gran diablo

En otoño de 1717, Barbanegra saqueó el litoral de EE.UU. Abordó una quincena de barcos con amarre en Charleston, la bahía de Chesapeake, Filadelfia, Nueva York y Boston en apenas tres semanas. Después enfiló al Caribe para guarecerse del invierno.

Fue allí donde, mientras bordeaba las Antillas Menores, se apoderó de La Concorde, un barco negrero francés. Estos eran los navíos ideales para la piratería por su velocidad y amplias bodegas. Barbanegra la rebautizó como Queen Anne’s Revenge. En esos tiempos, Teach se encontraba al frente de un pequeño ejército, al mando de unos doscientos cincuenta hombres.
Barbanegra rebautizó un barco negrero francés como: 
Queen Anne's Revenge y lo convirtió en su temido buque insignia.



La Queen Anne's Revenge, la nave insignia de Barbanegra

Por esas fechas, el rey Jorge I había decretado una amnistía para todos aquellos piratas que abandonaran sus operaciones con el fin de acabar con este personaje. El edicto, por otro lado, castigaba con la horca, amputaciones y otras penas severas a los reincidentes.

Únicamente los capitanes más temerarios persistieron en sus actividades. 


Barbanegra destacó, sin duda, como el más espectacular. Perseguido como nunca, se entregó a un frenesí de atracos. En las Indias Occidentales asaltó tanto posesiones francesas (la colonia de Guadalupe, un mercante en San Cristóbal y Nieves...) como inglesas (una balandra en las islas Vírgenes). Atacó las colonias españolas en el golfo de México y en poblados de la península de Yucatán, lo que le valió el mote de “El gran diablo”.



Barbanegra prefería la intimidación. Tanto la enormidad de su buque insignia como la bandera negra que lo remataba –con un esqueleto de demonio alzando una copa y alanceando un corazón sangrante– estaban dirigidas a causar pavor.


En primavera de 1718, Barbanegra protagonizó una osadía inusitada: el bloqueo y extorsión de la pujante capital colonial de la otra Carolina, la del Sur, lo que resultó difícil de justificar hasta para Eden. El chantaje a Charleston constituyó el golpe maestro de Barbanegra. Produjo un jugoso botín sin tener que disparar ni un tiro.

El enemigo número uno

Tras el bloqueo de Charleston se convirtió en el pirata más buscado, por lo que puso rumbo a su refugio en Carolina del Norte. Incluso decidió retirarse de la piratería. Navegó hasta la aldea norcarolina de Bath y aceptó de su socio, el gobernador Eden, el indulto de la Corona británica, se compró tierras y una casa y, en un alarde de integración social, hasta se casó con la hija de un terrateniente local.
.
El gobernador de Virginia ordenó a Robert Maynard capturar al pirata Barbanegra vivo o muerto.
Pero esta comedia duró apenas semanas y pronto volvió a las andadas. Los norcarolinos, cansados de los atropellos de Barbanegra y sus secuaces, acudieron al gobernador de Virginia en busca de justicia.

  

Corrían los últimos días de 1718 cuando Barbanegra decidió enfrentarse a las naves armadas de Maynard. Lucharon salvajemente ambos capitanes, pero el pirata cayó abatido. Maynard ordenó que le cortaran la cabeza, como prueba para reclamar una recompensa de 100 libras esterlinas, y se lanzara el cuerpo al mar. La cabeza de Barbanegra viajó hasta Virginia colgada del bauprés, pudriéndose día a día a la vista de todos.

El reinado de terror de Barbanegra duró en torno a dos años. Se calcula que en ese período asaltó unos cuarenta barcos, además de protagonizar los raids contra Charleston y las poblaciones yucatecas. 
 

.
.
.




Gracias por tomar un momento para pasar por este rinconcito informativo; si te parece constructivo ¡comparte!, el poder de la INFORMACIÓN es infinito

y por supuesto que tus comentarios nos generan gran entusiasmo, nos ayudan a comprender a nuestra sociedad, así que... anímate, déjanos tu opinión.




Entradas populares